¿Lista para unas vacaciones emocionales?
Todos de vez en cuando, necesitamos unas vacaciones emocionales. ¿Qué son vacaciones emocionales?
Tiempo para descansar la mente y el corazón.
Cuando hacemos un gran esfuerzo físico, el cuerpo se agota. Cuando trabajamos en exceso, la mente pide descanso. Y lo mismo sucede con las emociones. Sentir en exceso y de una forma continuada también consume nuestra energía, nos desgasta y erosiona la salud a todos los niveles. Por ello, es tan necesario tomarse unas vacaciones emocionales de vez en cuando.
Las vacaciones emocionales son realmente necesarias porque nos permiten detenernos y mirar hacia adentro. Nos dan la oportunidad de reconectar con nosotros mismos y preguntarnos qué está bien y mal en nuestra vida. Son un espacio de calma, y trabajo personal del que salimos reforzados, recargados y con una nueva perspectiva.
Desconectar emocionalmente durante un periodo de tiempo es una práctica muy sana.
A continuación te enumeramos los principales beneficios:
- Te permite tomar distancia sobre los problemas y relativizarlos un poco para que no parezcan tan grandes.
- Puedes pensar con más calma y adquirir otra perspectiva sobre un conflicto puede ayudarte a encontrar la solución.
- Salir del mismo escenario puede servirte para cambiar los patrones y las dinámicas con las que te relacionas siempre.
- Echar de menos a la gente que quieres es sano, y permitir que te echen de menos también.
- Cuando tomas un descanso de emociones y sentimientos estás facilitando a tu mente y a tu cuerpo un tiempo de relajación que te servirá para aumentar tu bienestar, y disminuir el estrés.
- Durante el período de vacaciones emocionales es posible que duermas mejor, te sientas con más energía y mejore tu estado de ánimo.
- Al ralentizar tu sistema nervioso, bajarás la producción de cortisol y podrás aumentar la de oxitocina.
- Puedes aprovechar para conectar contigo misma y para cuidarte mucho.
- Puedes escucharte a ti misma y tener largas conversaciones sobre qué es lo que quieres, cómo quieres vivir la vida, con quién quieres compartirla.
- Puedes hacer pequeños ritos de despedida para finalizar las relaciones que no te permiten ser tú, que no te dejan crecer, que no te aportan, que no te hacen feliz, o que te complican la vida demasiado.
- Puedes ponerte de tu parte y establecer una alianza hermosa contigo misma para que tu relación contigo misma sea mejor.
- Puedes hacer pactos contigo misma para cuidarte mejor.
- Disfrutas de la tranquilidad, el silencio y la paz que necesitas para encontrar tu punto de equilibrio y para encontrar tu centro.
- Con la mente y el corazón libres de intensidad emocional, lograrás concentrarte mejor y dispersarte menos, especialmente si necesitas energía para sacar adelante un proyecto personal o profesional.
- Ganas mucho tiempo y energía cuando dejas a un lado las relaciones más intensas o las que más energía te exigen
- Puedes idear estrategias para volver a tus frentes de batalla (o para cerrarlos si crees que te absorben demasiada energía).
- Puedes analizar las luchas de poder que sostienes en todas tus relaciones.
- Puedes hacer un repaso de tu historial amoroso y anotar las lecciones aprendidas.
- Al dejar de sufrir, liberas espacio y tiempo para empezar a disfrutar.
No te sientas culpable si crees que necesitas unas vacaciones de este tipo: ¡es parte del trabajo emocional que estás haciendo para cuidarte a ti misma!
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